jueves, 7 de junio de 2012

PASEO BORDADO



CAMINO BORDADO



Con cada puntada, una palabra:

- Camino, casa, portal.

Todas ellas unidas por un hilo.

- Cartel, puerta, madera.

Y en la puerta de su casa, el leñador se aferraba al pomo.

- Izquierda, fuerza, paso.

Cogía el hacha con una sola mano.

- Ruido, brisa, frío.

La subía, ahora con la fuerza de ambas.

- Balancín, olor, leña.

Se inclinaba hacia atrás con el peso de su cuerpo.

- Luz, movimiento, sombra.

Y reconocía su rostro al torcer la cabeza.

- Demasiado tarde, fin.

Había acabado su bordado.


Ahora, si quería, podía estirar el hilo,
y todo se iría borrando,

primero la expresión de reconocimiento,

después la hipérbole metálica del hacha,

luego los pasos y la puerta abriéndose,

la visión de la casa desde el camino,


y un tirón más,


y el hilo, 

rojo cómo la sangre,

en su mano.


Y el mantelito, 

en blanco,

en sus rodillas.

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